Hasta hoy no había escrito sobre música en este blog. Es imperdonable, pero no había llegado el momento. Sin embargo, el otro día grabé un programa de televisión en el que salían David Gilmour y Richard Wringt, miembros ambos de mis admirados Pink Floyd. En teoría, la actuación era de David Gilmour y su grupo, pero me emocionó más cuando un Wringt ya fallecido interpretó "Arnold Layne", con la voz quebrada. En ningún momento fue nombrado durante el programa de televisión. Era como si no estuviese, como si no existiera. Wringt era un gran músico, aunque más oscuro y menos polémico o famoso que Gilmour o Roger Waters. En realidad, no sé nada de él y eso es lo que me gusta. Lo mejor de los artistas o escritores que admiras es no conocerlos como personas, con sus miserias al aire. Estoy seguro de que me hubieran caído mal Cervantes y Unamuno, prefiero leerlos, me gustan sus libros y con eso me sobra. Entre los miembros originarios de Pink Floyd destacaba evidentemente Syd Barr
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