Hay cosas que no tienen importancia hasta que de pronto la tienen. Como, por ejemplo, el hecho de que el otro día en clase mis alumnos me preguntaran por qué no estaba en el diccionario el término "tuit" y yo les hablara de modas efímeras como el cederrón que casi nadie usa y que aparece en el diccionario o ese "chatear" que se recoge ya en el de la Real Academia Española (RAE), en su versión de internet , como avance de la vigésima tercera edición. Seguramente, cuando aparezca publicado el nuevo diccionario en papel, esta palabra haya perdido su vigencia o su sentido o puede que nadie chatee sino que "guasee"o lo que sea. Sin embargo, nadie del grupo entendió que un personaje de una obra de teatro, mientras elucubraba sobre las optimistas posibilidades de su futuro incierto, rompiera una lechera. Algunos, tras miles de pistas e insinuaciones mías, recordaron un cuento que les costó reconstruir y muy pocos se acordaron que años atrás leyeron, conmigo como
Un espacio para la literatura, la reflexión y la opinión personal