Uno de los rincones que más me gusta de Tenerife, del Puerto de la Cruz, es la playa de San Telmo que no son unas playas en el sentido mediterráneo o caribeño sino un espacio más o menos natural en el que se bañan los portuenses. Ahora andan con la típica polémica de renovar o conservar. Al parecer hay un proyecto de reforma que ha provocado protestas en las que el lema es "Salvemos San Telmo". Sobre ese tema tengo mi opinión pero creo que, por visitar la localidad de vez en cuando, no tengo derecho a meterme donde no me llaman. Sin embargo, debo admitir que siempre que visito la isla siento la necesidad de asomarme a este rincón canario. La primera vez que estuve allí fue durante el viaje de estudios organizado por el instituto cuando terminamos el bachillerato, el BUP de la época. Paseamos por el pueblo sin orden ni concierto, sin información previa ni preocupaciones, como deben hacerlo los adolescentes, y de pronto nos encontramos con el Mirador de San Telmo: un muro de p
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