En 1733 Jonathan Swift escribió El arte de la mentira política donde se justifica la misma siempre que se practique de forma elegante y persuasiva y por el bien del ciudadano. Yo admito que soy de la opinión de que no es conveniente decir todo lo que uno piensa, decir toda la verdad, si se quiere sobrevivir en este mundo. Recordemos que ni siquiera la mentira es considerada un pecado capital por los cristianos. Santo Tomás afirmaba que la mentira maliciosa es pecado mortal pero que las mentiras "útiles" y humorísticas son pecados veniales. Hasta Platón habló de una mentira noble que preservaba la armonía social. De todas formas luego está la solución de la confesión que todo lo limpia. Asistimos en esta época a una exaltación de la mentira, seguramente como siempre, pero ahora se ve más, como si fuéramos más sensibles a creer y desconfiar de todo. Podemos acceder a tanta información contradictoria que la incredulidad nos invade. Escuchamos cómo se nos convence de la inefica
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