Cuando decido leer un libro suele ser porque lo tengo a mano: o bien lo he comprado o me lo han prestado. Si voy a una librería, casi siempre ya sé lo que busco, aunque lo que me gusta es pasear entre las estanterías y hojear algunas novelas que me llaman la atención por la portada o el autor. En realidad, la mayoría de las veces suelo buscar libros que me han recomendado.
Para mí, las recomendaciones más útiles son las de los amigos, de los que ya sabe uno que son de fiar porque compartimos gustos o tal vez todo lo contrario. Me suelen influir también las críticas de los periódicos o revistas, no tanto por lo que dicen explícitamente sino más bien por la sensación que me dejan sus argumentos. A veces, novelas que aparecen seriamente machacadas por un crítico me atraen porque los motivos que causan su decepción, tal vez, me llamen la atención. Y luego están las obras irrevocablemente buenas desde todos los puntos, que lo son hasta que termino leyéndolas y las pongo en su sitio.
Pero hay gente que mejor que no me recomiende nada, porque su autoridad intelectual sobre mi criterio literario es nula e incluso menor. Por ejemplo, en estos días sale a la venta en España, Libertad de Jonathan Fráuzen, con muy buenas críticas, pero que tiene el defecto de que, junto a su promoción en los medios de comunicación, aparece la alabanza del presidente Obama que al parecer ha afirmado que lo considera el mejor libro que ha leído desde hace tiempo. No se me olvidan todavía aquellos titulares de prensa cuando fue elegido presidente: "Gran ilusión". Sin embargo, ¿tenemos un mundo mejor desde entonces? ¿Hay menos guerras, injusticias, penas de muerte, crímenes de estado? ¿Es de fiar Obama?
Hoy me he despertado con la noticia de la detención de 700 indignados en el puente de Brooklyn y me he acordado de Lorca y su poema "Ciudad sin sueño (Nocturno de Brooklyn Bridge)" : "Un día / los caballos vivirán en las tabernas / y las hormigas furiosas / atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas."
No sé si leeré el libro de Fráuzen, pero sólo cuando olvide la recomendación de Obama. Tampoco sé cuáles son los gustos literarios del presidente norteamericano aunque sí sé, como ya he dicho, que no me inspira confianza. En realidad no lo conozco, solo tengo la impresión de que siempre está actuando o leyendo un guión escrito por otros. Tal vez por eso es un buen lector.
Gracias a la recomendación de algunos amigos conocí a Murakami, Bolaño o Sánchez Piñol pero también sufrí a Emilio Calderón y a Matthew Pearl. Siempre tengo que tener claro que la última palabra, la mejor recomendación, es la mía.
Como bien dices, la mejor recomendación es la de uno mismo. Me pasa con la lectura como con el perfume, es algo tan personal... yo solo me atrevo a recomendar libros ligeros, de entretenimiento. No suelen fallar si conoces a la persona a la que se lo recomiendas. Pero cuando se trata de que un libro te mueva algo por dentro... que complicado resulta!
ResponderEliminar"En realidad no lo conozco, solo tengo la impresión de que siempre está actuando o leyendo un guión escrito por otros. Tal vez por eso es un buen lector."
ResponderEliminarMemorable.
Un abrazo,
Pablo.