Hay novelas que envejecen, como algunas películas, y otras que son universales. Esta semana he tenido por primera vez la sensación de que algo que he escrito yo se resiste a envejecer.
Aunque han pasado ya tres años de su publicación, mi novela, El cráneo de la Araña, ha protagonizado otro día que me motiva a seguir escribiendo. El Club de Lectura de la Biblioteca Municipal Manuel Altolaguirre de Málaga la escogió para realizar una actividad muy interesante que consiste en un contacto directo, un coloquio, de los lectores con el autor de la obra. La directora de la Biblioteca, María Carmona, y Gloria Rodríguez, que es miembro de dicho club, presentaron mi novela el jueves pasado y me formularon bastantes preguntas sobre su contenido, el proceso de creación y su veracidad. Algunos de los presentes me ofrecieron sus opiniones y valoraciones tras un intercambio muy agradable y fresco de ideas. Tengo que admitir que salí muy satisfecho por dos motivos principalmente: por comprobar que lo que había escrito les había gustado, que había sido entendido y considerado el esfuerzo por transmitir mis pensamientos y, sobre todo, por corroborar de tal modo que haya personas que tengan a bien dedicar su tiempo a leer y hablar de lo que descubren en los libros sin ninguna obligación, por el puro placer de compartir sensaciones y pensamientos.
Gracias a esta novela he conocido a Julián Ramos, director de los Yacimientos de La Araña, y al Club de Lectura de esta biblioteca. Gracias a esta publicación me he enriquecido como persona que sobrevive en este mundo como puede, como Luis Portillo.
El cráneo de la Araña, ya lleva dos presentaciones en las que me sentí arropado por Ángel Montilla, en la primera, y por mi inolvidable amigo Pablo Cantos y Lola Ruiz, en la segunda. Más tarde compartí otra charla sobre mi novela y la de Sergio Barce, Una sirena se ahogó en Larache, con algunos amigos y lectores adolescentes. Este es mi cuarto acto cuyo centro de atención es El cráneo de la Araña, solo por todo esto ha merecido la pena.
Mi agradecimiento a todos: María, Gloria, Ángel, Pablo, Lola, Julián, etc.
Termino recordando la generosidad de Pablo Cantos cuando me regaló este "book trailer" sobre mi novela. Gracias para siempre.
Gracias a ti por contar con tu comunidad educativa que te apoya y disfruta de tus obras.
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