La prensa pasa por una época difícil, como casi todas las profesiones, pero en su caso están desapareciendo de forma preocupante revistas, cadenas de televisión, periódicos y sobre todo periodistas, como si fueran solo papel reciclado. El motivo es económico principalmente aunque también se trata de una adaptación a los tiempos electrónicos en que vivimos. En realidad el acceso a la información es ahora más fácil gracias a los Ipods, Facebook o cadenas digitales de televisión. Tenemos mucha más información, aunque creo que menos prensa.
Resulta muy interesante consultar los primitivos diarios españoles del siglo XIX -tuve que leer algunas páginas para poder escribir El cráneo de la Araña-. No tenían imágenes, eran sobre todo un montón de hojas repletas de letras, con buena expresión pero con contenidos bastante tediosos. Se tenía necesidad de información y pocos caminos para alcanzarla, por ello lo que se publicaba se leía de pe a pa. Ahora tenemos muchos caminos y tantas interpretaciones que se cae en la ambigüedad y por ello se supone que tenemos más posibilidades de decidir si lo que nos cuentan es o no relevante o simplemente creíble.
En la prensa siempre se ha mentido. Los periodistas son portavoces de una empresa que tiene evidentemente una ideología e intereses relacionados con su propia supervivencia. Recordemos que siempre la opinión ha sido un espacio libre para tergiversar o controlar a los lectores.
Un ejemplo de lo que quiero decir lo tenemos en las portadas de hoy.
Para nuestro diario local lo importante es la selección española y el color celeste de su camiseta (recordemos que se jugó aquí), sin embargo se deja un pequeño espacio para la movilizaciones contras las medidas de Rajoy, como segunda noticia importante. El País sin embargo trata directamente el asunto y habla de "protesta en la calle". Todo se va calentando según vamos bajando a los infiernos. El Mundo habla de que "la protesta estudiantil degenera en actos vandálicos" y ABC ya arde literalmente en una portada "dantesca" y sarcástica: "La oposición responsable del PSOE".
Conozco mucha gente que solo quiere escuchar lo que le es grato a sus oídos, es decir, si es socialista quiere que le cuenten la versión de estos, si es de derechas busca la prensa conservadora. Lo mejor, teóricamente, es indagar entre todas para localizar algo de esa objetividad que se escurre por las alcantarillas de la prensa.
Ya hace bastante tiempo que el llamado "cuarto poder" no existe, que los medios de comunicación se agrupan en el seno de inmensas estructuras que forman grupos mediáticos que controlan la información no con el objeto de denunciar el abuso de los otros tres poderes políticos, la voz de los sin-voz, se decía, sino de que este "cuarto poder" no se meta donde no lo llaman.
Hace unos años tenía la costumbre de recortar algún artículo de opinión o noticia relevante que me encontraba en la prensa para conservarlo o utilizarlo en mi trabajo o para mis libros, ahora no suelo hacerlo porque puedo buscarlo sin problemas más tarde en internet. Confieso que leo la prensa en el ordenador salvo los domingos, que de forma romántica compro todavía el SUR y lo intento leer mientras me tomo un café a media mañana. Hay domingos que no me da tiempo a leerlo siquiera y lo reciclo a los pocos días casi sin abrir. Soy otro contribuyente al fin de la prensa, lo admito.
Pero, ¿hay esperanzas?
Esta mañana he encontrado en una carpeta llena de polvo de mi despacho un artículo de Ignacio Ramonet de hace unos siete años, de la edición española de Le Monde Diplomatique. En él ya hace una reflexión crítica del control de los medios de comunicación por parte de los grupos mediáticos mundiales, sin embargo propone una reacción cívica: crear un "quinto poder" que denuncie el superpoder de estos grupos mediáticos "cómplices y difusores de la globalización liberal".
Por desgracia ese supuesto quinto poder que podría medrar entre las redes sociales o blogs, por ejemplo, cada vez parece más controlado por los grupos de poder que hacen suyos todos estos medios nuevos.
Me acabo de levantar para apagar la radio, hoy me confunde, tengo abierta la web de El País y esta mañana he visto las noticias de RTVE, no obstante, tengo la impresión de que alguien me está engañando.
Totalmente de acuerdo. Mucha información pero al servicio de "los mercados" que ahora son los que mandan.
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