Ir al contenido principal

LIBRE PARA LEER

José Antonio Garriga Vela, escritor: «El destino me pone en bandeja las historias para que las escriba»
Cuando el curso está terminando y acabo con las lecturas obligatorias de los alumnos que me tengo, en general, que releer, me siento liberado. Puedo por fin dejar de tomar notas e inventar preguntas y puedo leer como me gusta: sin la necesidad de recordar. Para mí la lectura es un acto de liberación absoluta. Muchas veces me ocurre que, cuando termino una novela, solo recuerdo algunas escenas o personajes y sobre todo las sensaciones que las palabras me dejan. Puedo olvidar el argumento sin ningún problema. Para mí, normalmente, leer es relajación, placer y enriquecimiento sin obligaciones. Tras Kafka, Galdós y Salinger, por fin puedo comenzar la lectura que me da la gana y tardar lo que quiera, así de claro. Este año he empezado por Garriga Vela, uno de mis novelistas preferidos. He terminado El anorak de Picasso y simplemente he disfrutado con su fluidez e ingenio. El primer libro lo leo un poco afectado por mi trabajo e incluso me dañan todavía las malas puntuaciones y las erratas. A partir del segundo todo esto me da igual. Me siento en mi salón con la luz de sol entrando por encima de mi hombro y me pongo a leer los libros que he adquirido durante todo el año. Es esta una de las mejores terapias para el espíritu. Lo recomiendo.

Comentarios

  1. Estoy completamente de acuerdo contigo, una de las terapias más efectivas que conozco es tener un buen libro en mis manos (o a lo mejor no tan bueno, pero capaz de distraerme, que no es poco).
    A esto voy a añadir otra forma de terapia maravillosa que creo que compartimos y es la cocina así que, como dice Adela, podemos intercambiar una receta por una estimulante entrada literaria.
    Te deseo mucha suerte en esta experiencia bloguera que hemos iniciado prácticamente a la vez y sobre todo con tu libro para que sea un gran éxito de crítica y de ventas.
    Un abrazo
    Laly

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Poner en la picota

Según el diccionario etimológico de J. Corominas, picota es una palabra documentada ya hacia 1400, derivada probablemente de pico y esta a su vez de picar "en el sentido de punta, porque las cabezas de los ajusticiados se clavaban en la punta de la picota" siempre con ánimo evidente de escarmiento. La expresión poner en la picota tiene realmente un significado menos violento pero contundente, se trataría de denunciar públicamente los errores o faltas de alguien. Esta facultad del ser humano tiene en nuestra sociedad un reconocimiento sin igual. Por ejemplo, cualquier político o sindicalista se pone inmediatamente en la picota por el solo hecho de manifestarse como tal. Los medios de comunicación los colocan "decapitados" al instante para que puedan ser automáticamente insultados, denigrados y pisoteados por cualquiera que los nombre. Que quede claro que algunos no necesitan la ayuda de nadie para merecerlo, sin embargo pienso que muchos medios se exceden. Véase, ...

Viaje a Polonia (III)

Hay ciertos temas tan manidos o delicados que cuesta trabajo tratar. Me he resistido a escribir sobre mi visita a Auschwitz, pero ha sido una momento importante de mi viaje a Polonia y forma una parte imborrable de lo que he vivido este verano. Lo que me queda de esa experiencia no es muy distinto de lo que sentía antes de visitar el campo de concentración: no he descubierto nada que no supiera. Se trata de un asunto peliagudo que desde 1945 ha sido criticado, comentado, interpretado y recreado por directores de cine, escritores, historiadores, políticos, periodistas, etc. Yo solo puedo aportar una descripción de lo que vi y sentí como visitante de Auschwitz y como turista. Hay algo de teatral en la visita. Llevábamos unos auriculares que nos hacían concentrarnos silenciosamente en las palabras del guía brasileño. Empezamos pasando bajo la famosa y cínica inscripción: "Arbeit macht frei" ("El trabajo nos hace libres") y fuimos recorriendo el campo en grupo: éramos...

Presentaciones

Con menos de un día de diferencia tuvieron lugar los actos de presentación de dos libros. En el primero, el de  A estas alturas , yo estaba entre el público; en el segundo, El cráneo de la Araña , tras el micrófono. En los dos, Ángel Montilla habló con distinta careta: como poeta y como presentador. Fue una semana mágica y emocionante. Mientras que esperábamos que terminaran de llegar los asistentes a la presentación de mi novela entró el verano y dos días después fue la noche de San Juan. Un halo especial marcó toda la semana pasada. Como esperaba, la presentación de A estas alturas , fue original y amena. En una terraza atestada, escuché los poemas de Ángel Montilla como siempre, con admiración y a la espera de su ingenio. La música: saxo, guitarras y maracas, le dio un toque especial, convirtiendo el acto en un espectáculo fantástico. La presentación de El cráneo de la Araña fue más tranquila, pero no falta de emoción. Tengo que agradecer el interés y la amabilidad de lo...