Cuando el curso está terminando y acabo con las lecturas obligatorias de los alumnos que me tengo, en general, que releer, me siento liberado. Puedo por fin dejar de tomar notas e inventar preguntas y puedo leer como me gusta: sin la necesidad de recordar. Para mí la lectura es un acto de liberación absoluta. Muchas veces me ocurre que, cuando termino una novela, solo recuerdo algunas escenas o personajes y sobre todo las sensaciones que las palabras me dejan. Puedo olvidar el argumento sin ningún problema. Para mí, normalmente, leer es relajación, placer y enriquecimiento sin obligaciones. Tras Kafka, Galdós y Salinger, por fin puedo comenzar la lectura que me da la gana y tardar lo que quiera, así de claro. Este año he empezado por Garriga Vela, uno de mis novelistas preferidos. He terminado El anorak de Picasso y simplemente he disfrutado con su fluidez e ingenio. El primer libro lo leo un poco afectado por mi trabajo e incluso me dañan todavía las malas puntuaciones y las erratas. A partir del segundo todo esto me da igual. Me siento en mi salón con la luz de sol entrando por encima de mi hombro y me pongo a leer los libros que he adquirido durante todo el año. Es esta una de las mejores terapias para el espíritu. Lo recomiendo.
Cuando el curso está terminando y acabo con las lecturas obligatorias de los alumnos que me tengo, en general, que releer, me siento liberado. Puedo por fin dejar de tomar notas e inventar preguntas y puedo leer como me gusta: sin la necesidad de recordar. Para mí la lectura es un acto de liberación absoluta. Muchas veces me ocurre que, cuando termino una novela, solo recuerdo algunas escenas o personajes y sobre todo las sensaciones que las palabras me dejan. Puedo olvidar el argumento sin ningún problema. Para mí, normalmente, leer es relajación, placer y enriquecimiento sin obligaciones. Tras Kafka, Galdós y Salinger, por fin puedo comenzar la lectura que me da la gana y tardar lo que quiera, así de claro. Este año he empezado por Garriga Vela, uno de mis novelistas preferidos. He terminado El anorak de Picasso y simplemente he disfrutado con su fluidez e ingenio. El primer libro lo leo un poco afectado por mi trabajo e incluso me dañan todavía las malas puntuaciones y las erratas. A partir del segundo todo esto me da igual. Me siento en mi salón con la luz de sol entrando por encima de mi hombro y me pongo a leer los libros que he adquirido durante todo el año. Es esta una de las mejores terapias para el espíritu. Lo recomiendo.
Estoy completamente de acuerdo contigo, una de las terapias más efectivas que conozco es tener un buen libro en mis manos (o a lo mejor no tan bueno, pero capaz de distraerme, que no es poco).
ResponderEliminarA esto voy a añadir otra forma de terapia maravillosa que creo que compartimos y es la cocina así que, como dice Adela, podemos intercambiar una receta por una estimulante entrada literaria.
Te deseo mucha suerte en esta experiencia bloguera que hemos iniciado prácticamente a la vez y sobre todo con tu libro para que sea un gran éxito de crítica y de ventas.
Un abrazo
Laly