Ir al contenido principal

Sobre las asambleas (II)

Llevo varios días sin escribir nada. Creo, como Golpes Bajos, que corren "Malos tiempos para la lírica", pero lo que ocurrió ayer me hizo reflexionar y me he animado con otra entrada.
Viendo las imágenes de las concentraciones de los "indignados" en todo el mundo me planteé lo siguiente: ¿quiénes son realmente? ¿Tienen algún peso? Y por desgracia no he encontrado respuesta para la primera pregunta y sí para la segunda.
La variedad es una de sus virtudes: el pensamiento único empobrece; no obstante, la dificultad de poner de acuerdo a tanta gente es un grave inconveniente funcional. La respuesta a la segunda es más triste. Peso creo que no tienen ninguno. Por más que se concentren en la Puerta del Sol o donde sea, el 20 de noviembre subirá al poder el mismo partido que ya se sabe que ganará o, tal vez, el que nos está gobernando, si ocurre un "milagro" socialdemócrata. En verdad, hay más votantes que desean mantener por convicción, ignorancia o miedo, este sistema injusto que los que intentan cambiarlo. Y eso, por desgracia, es también democracia real. Me siento identificado con las quejas y la indignación, pero no encuentro propuestas operativas u originales en sus discursos, ni a mí se me ocurre nada verdaderamente útil. Me decepciona todo este movimiento y no por el interés y la voluntad que muestra sino por la ausencia ideas convincentes. Falta una base ideológica, una ruta más o menos pragmática, pienso.
Yo no me identifico con los que provocan disturbios en Roma, ni con los que piden sanidad pública y gratuita en un país que no la tiene, cuando aquí sí la tenemos. No me identifico con los políticos que hacen una cosa y luego apoyan, por populismo, la contraria, ni tampoco con los que critican por sistema al político en general, cuando hay gente que dedica todo su tiempo sin excesivos beneficios a defender los derechos de los ciudadanos mientras son insultados.
Hay políticos y políticos como indignados e indignados.
Mi discurso es pesimista, lo sé, pero creo que la inercia del transcurrir del mundo hará que en unos años vuelvan las vacas gordas y dejaremos de estar indignados para volver a hipotecarnos.

Comentarios

  1. Será triste, pero es sabio, muy sabio a mi parecer, lo que argumentas. Y coincido completamente con tu conclusión.
    Gracias por tu lucidez.
    Pablo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Opiniones

Lo mejor que tiene publicar un libro es recibir luego del lector su opinión. Mi agradecimiento en este caso está basado en que alguien se moleste en leer mi novela y le merezca la pena perder tiempo de su valiosa vi da en darme su parecer. Tras la publicación de Uvas negras y las presentaciones consiguientes, ahora es el momento de repasar las opiniones de los lectores. La gran mayoría son muy positivas, lo cual me llena de satisfacción. Con todas las valoraciones, sean cuales sean, logro siempre algún beneficio para mi labor de escritor. Muchas veces recibo interpretaciones que van más allá de lo que yo creía o pretendía conseguir y esto me hace reinterpretar mi propia obra, me enriquece por tanto. Como he dicho, modestia a parte, en general, las críticas son excelentes. Por ejemplo, en la web de Agapea me he encontrado con el comentario de dos lectoras que elogian mi novela y la han valorado con la máxima puntuación. En muchos casos he tenido la posibilidad de hablar dire...

Uvas negras (I)

Con la edición de mi cuarta novela, Uvas negras , quiero empezar con una serie de entradas basadas en los títulos de mis narraciones. Esta novela, en concreto, ha sido publicada por  Plumágica Editoria l (#soyplumagica), a la que agradezco con sinceridad su dedicación y confianza. Pocas veces he visto tanta profesionalidad y buen hacer en una empresa de este sector. Explicar los títulos de mis novelas siempre me provoca dudas y miedo. Dudas porque no es el título lo más importante de la novela, aunque es cierto que es una parte clave de la edición de cualquier obra, y miedo a revelar demasiado de su contenido. Yo soy de los que leo los prólogos o preámbulos después de terminar el libro. No me gusta que otras interpretaciones condicionen las mías. Uvas negras es la novela que más tiempo he tardado en dar por terminada de todas las escritas. Ha sufrido muchos avatares personales, familiares y creativos. Desde mi última publicación, El cráneo de la Araña , han pasado si...

El viaje

Viajar siempre nos provoca algo. Cuando pisamos un aeropuerto, una estación; cuando recorremos carreteras comarcales, autovías, carriles y avenidas, reconocemos nuestra esencia nómada, nuestra necesidad de viajar. Hay viajes simbólicos, iniciáticos, últimos... El motivo que justifica un viaje puede ser simplemente ver mundo o buscar trabajo, ya que no lo encontramos en nuestro entorno. Pero, admitámoslo, la mayoría viaja para huir, para evadirse. Los románticos deseaban viajar a lugares exóticos que les alejara de la realidad, que les hiciera creer, lejos de lo tangible, en sus ideales frustrados, querían evadirse de esa realidad; otros han buscado en lo oriental, en lo lejano, la belleza, la estética que su cercanía les negaba o algo que les confirmara su sensibilidad o existencia. Normalmente, buscamos excusas para alejarnos de nuestra casa, de nuestra trabajo, de nuestra familia, en fin, de la rutina, las obligaciones y su hastío. Odiseo viajó por motivos bélicos o adúlteros,...