Sex Pistols atacó el conformismo británico y la corona con su "God Save the Queen" en 1977
(http://www.youtube.com/watch?v=hTDT8x3ierI ). No quiero valorar su música ni siquiera su estética, son modas; sino la vigencia de ciertas canciones. "No hay futuro en el sueño inglés" decían. El vocalista del grupo, Johnny Rotten, intentó justificar la letra afirmando que no se trataba de que odiaran a los ingleses sino de todo lo contrario. ¿Quién desprecia a quién? Los que bajan la cabeza como buenos súbditos ante la que estaba cayendo en aquel momento o los que meten el dedo en la llaga. La conocida polémica sobre esta canción se ha convertido en otro mito musical de dudosa transcendencia: su intento de tocar la canción en un bote que navegaba por el Támesis en la conmemoración del aniversario de la Reina Isabel o la censura que recibió por parte de muchas tiendas de disco son leyendas musicales atractivas pero baldías. Pienso que en aquel momento se trataba tan solo de ser radical, prohibido y contrario a lo establecido y, por otro lado, era la mejor manera de vender discos levantada la censura. Seguro que me equivoco.
Cuando escuché esta canción por primera vez, me limitaba a iniciarme en aquella música que mis amigos parecían conocer al dedillo. Tuve amigos punkis y rockers, soporté sus obsesiones (recuerdo tardes eternas escuchando grupos rockabilly) y así fui tomando mi camino de gustos musicales. Confirmé que no era capaz de adscribirme a ninguna tribu musical concreta. Confieso que me emocionó mucho Mozart y nada el flamenco, que fui capaz de escuchar a los Sex Pistols o a The Clash y después a Pink Floyd o Radio Futura. En fin, me gustaba la música que me gustaba, como a todo el mundo.
"No hay futuro para mí, no hay futuro para ti", decían. Creemos que los tiempos han cambiado, que con internet y las redes sociales el mundo ha cambiado.
Treinta y cinco años después de esta canción, la Reina Isabel II sigue en su palacio y sin embargo, ¿dónde están los Sex Pistols?, ¿dónde estás tú?
(http://www.youtube.com/watch?v=hTDT8x3ierI ). No quiero valorar su música ni siquiera su estética, son modas; sino la vigencia de ciertas canciones. "No hay futuro en el sueño inglés" decían. El vocalista del grupo, Johnny Rotten, intentó justificar la letra afirmando que no se trataba de que odiaran a los ingleses sino de todo lo contrario. ¿Quién desprecia a quién? Los que bajan la cabeza como buenos súbditos ante la que estaba cayendo en aquel momento o los que meten el dedo en la llaga. La conocida polémica sobre esta canción se ha convertido en otro mito musical de dudosa transcendencia: su intento de tocar la canción en un bote que navegaba por el Támesis en la conmemoración del aniversario de la Reina Isabel o la censura que recibió por parte de muchas tiendas de disco son leyendas musicales atractivas pero baldías. Pienso que en aquel momento se trataba tan solo de ser radical, prohibido y contrario a lo establecido y, por otro lado, era la mejor manera de vender discos levantada la censura. Seguro que me equivoco.
Cuando escuché esta canción por primera vez, me limitaba a iniciarme en aquella música que mis amigos parecían conocer al dedillo. Tuve amigos punkis y rockers, soporté sus obsesiones (recuerdo tardes eternas escuchando grupos rockabilly) y así fui tomando mi camino de gustos musicales. Confirmé que no era capaz de adscribirme a ninguna tribu musical concreta. Confieso que me emocionó mucho Mozart y nada el flamenco, que fui capaz de escuchar a los Sex Pistols o a The Clash y después a Pink Floyd o Radio Futura. En fin, me gustaba la música que me gustaba, como a todo el mundo.
"No hay futuro para mí, no hay futuro para ti", decían. Creemos que los tiempos han cambiado, que con internet y las redes sociales el mundo ha cambiado.
Treinta y cinco años después de esta canción, la Reina Isabel II sigue en su palacio y sin embargo, ¿dónde están los Sex Pistols?, ¿dónde estás tú?
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