Homo sapiens y Homo neanderthalensis comparten el 99,5% del genoma. En la Península Ibérica hay pruebas de la existencia de los neandertales desde los primeros tiempos (hace unos 230.000 años) hasta hace aproximadamente 28.000 años, como indican estudios recientes. La rápida desaparición de los neandertales tras la irrupción de los Homo sapiens en Europa sugiere que estos últimos estuvieron relacionados con la desaparición de los neandertales. Existe otra hipótesis, actualmente casi descartada, que justifica su desaparición por culpa de la última gran glaciación. Sin embargo, lo más probable es que los neandertales se extinguiesen al no poder competir por los recursos con los Homo sapiens (que eran diez veces más numerosos) y fueron desplazados a regiones donde la comida y la vivienda eran más difíciles de encontrar. ¿Qué triunfó? ¿La inteligencia?, ¿la adaptabilidad de la especie?, ¿el hambre?, ¿el frío? o ¿las mayorías?
Yo quiero pensar que triunfó el realismo del Homo sapiens frente a la imposibilidad de comunicación de los neandertales. Fue la primera muerte del romanticismo: seres marginados, decididos y fuertes que sucumben ante la posibilidad de organización gracias al lenguaje y a la praxis de los sapiens (menos fuerza pero más habilidad).
Los últimos neandertales desaparecieron en nuestras costas mediterráneas: huyendo del frío o del Homo sapiens, a cual peor.
Yo quiero imaginarlos como idealistas que no superaron la realidad, que no hablaron porque no les dio tiempo a ello, como los típicos perdedores.
Cuando veo ahora a ciertas personas también idealistas y en silencio o sin ser escuchadas, pienso en los neandertales y les digo: ¡qué poco os queda! La realidad de los bancos, la mentira y los mercados os arrasarán como el frío glaciar y la inteligencia calculadora de algunos Homo sapiens, de nosotros mismos.
Yo quiero pensar que triunfó el realismo del Homo sapiens frente a la imposibilidad de comunicación de los neandertales. Fue la primera muerte del romanticismo: seres marginados, decididos y fuertes que sucumben ante la posibilidad de organización gracias al lenguaje y a la praxis de los sapiens (menos fuerza pero más habilidad).
Los últimos neandertales desaparecieron en nuestras costas mediterráneas: huyendo del frío o del Homo sapiens, a cual peor.
Yo quiero imaginarlos como idealistas que no superaron la realidad, que no hablaron porque no les dio tiempo a ello, como los típicos perdedores.
Cuando veo ahora a ciertas personas también idealistas y en silencio o sin ser escuchadas, pienso en los neandertales y les digo: ¡qué poco os queda! La realidad de los bancos, la mentira y los mercados os arrasarán como el frío glaciar y la inteligencia calculadora de algunos Homo sapiens, de nosotros mismos.
Si lees este comentario habré ganado mi batalla con las tecnologías o el desconocimiento. Tu entrada me parece estupenda. Me deja una sensación dulce y amarga. Describes la cruda realidad desde el romantiscismo, los Neardentales..... Quizás siendo un poco utópicos no nos queda tan poco. Eso espero. Un Beso. Adela
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