Llevo más de un año con este blog y no sé lo que ha cambiado más: el mundo o yo.
Hace unas semanas sentí la necesidad de renovar su imagen porque no me reconocía en el diseño original. Las etiquetas me decían que lo que comenzó por un espacio más bien literario se ha ido convirtiendo en otra cosa: en un recodo para la reflexión y el desahogo personal. No sé si el blog es más o menos interesante ahora, pero es más real, más mío.
Hace un año publiqué mi última novela y mis preocupaciones deambulaban alrededor de este tema. Más tarde unos indignados se mezclaron con mis ficciones y ya durante el verano algunas lecturas y mi viaje a Polonia me llevaron por otras reflexiones que iban conduciéndome a este otoño e invierno pasados con elecciones previsibles y unas nuevas preocupaciones personales más políticas o humanas: la mentira, la culpa, la ignorancia, el origen del hombre, la estupidez o el silencio. Ha sido, en definitiva, un año intenso que me ha formado o, tal vez, deformado. No soy el mismo ya y ni siquiera sois los mismos vosotros.
He llegado a hablar de cine y de música y, aunque este blog no es el de hace un año, creo que tengo ganas de seguir; seguir, sobre todo, con la intriga de quién seré la primavera del 2013 y quién leerá o comentará estas entradas que aún no existen.
Gracias a todos los que tenéis la paciencia de seguirme.
Hace unas semanas sentí la necesidad de renovar su imagen porque no me reconocía en el diseño original. Las etiquetas me decían que lo que comenzó por un espacio más bien literario se ha ido convirtiendo en otra cosa: en un recodo para la reflexión y el desahogo personal. No sé si el blog es más o menos interesante ahora, pero es más real, más mío.
Hace un año publiqué mi última novela y mis preocupaciones deambulaban alrededor de este tema. Más tarde unos indignados se mezclaron con mis ficciones y ya durante el verano algunas lecturas y mi viaje a Polonia me llevaron por otras reflexiones que iban conduciéndome a este otoño e invierno pasados con elecciones previsibles y unas nuevas preocupaciones personales más políticas o humanas: la mentira, la culpa, la ignorancia, el origen del hombre, la estupidez o el silencio. Ha sido, en definitiva, un año intenso que me ha formado o, tal vez, deformado. No soy el mismo ya y ni siquiera sois los mismos vosotros.
He llegado a hablar de cine y de música y, aunque este blog no es el de hace un año, creo que tengo ganas de seguir; seguir, sobre todo, con la intriga de quién seré la primavera del 2013 y quién leerá o comentará estas entradas que aún no existen.
Gracias a todos los que tenéis la paciencia de seguirme.
Querido Jofran, de las mejores cosas que han de ocurrir en la próxima primavera, una de ellas será, sin duda, que podremos seguir leyéndote aquí, en en este blog. Pero vayamos por partes: feliz primer aniversario, y gracias por compartir tu lucidez con quienes te leemos.
ResponderEliminarMuchas felicidades! Para ti, por este primer año y para los que te seguimos y disfrutamos y reflexionamos con tus entradas, también felicidades. Tampoco somos los mismos de hace un año y probablemente el contacto con este blog haya contribuido a esta evolución.
ResponderEliminarEspero poder compartir, como mínimo, una próxima primavera.
Laly
Felicidades por tu primer año. Ánimo y no lo dudes tienes que seguir por ti mismo y por los que disfrutamos con cada una de tus entradas. Un saluso
ResponderEliminarGracias por vuestros ánimos a todos. Creo que seguiremos reflexionando juntos. Se me está ocurriendo una cosilla...
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