Hoy, 31 de diciembre, es el día de los balances y las memorias. La fechas que cierran nos hacen analizar lo ocurrido simplemente como pasado. Este año mi repaso es a este blog.
Si observo el número de entradas por mes del 2012, son abril y agosto los más productivos: cuatro, aunque lo más normal es que cumpla con la entrada quincenal y punto. Septiembre ha sido el más pobre con una y diciembre ha estado a punto de quedarse en blanco.
Los títulos me hacen recapacitar sobre mi estado de ánimo: "Mentir", "No hay futuro", "Escepticismo", "Pesimismo", "El miedo", "Problemas", entre otros, y sobre mi materialismo creciente: "¿Dónde está mi dinero" y "Oh Fortuna".
Sin embargo, me sorprende el éxito de ciertas entradas, como la más visitada en la historia de este blog que es una de julio: "Basura" que casi duplica los resultados de la siguiente que es del año pasado. "Huelga general" y "Poner en la picota" la siguen a bastante distancia. Las miserias humanas y las dos huelgas generales del 2012 no han podido esquivar este rincón de internet.
Los temas políticos y las referencias a la crisis se han ido imponiendo a los asuntos literarios o culturales. Si acaso lo que tiene que ver con mi novela El cráneo de la Araña o mi "Visita a las cuevas" mantienen heroicamente el tipo.
Quizás sea un año para olvidar, cargado de problemas y decepciones. Pero siempre hay un hueco para ciertas personas por las que merece la pena haber vivido este año falsamente apocalíptico y tristemente patético.
Algo que me ocurrió el viernes por la noche puede etiquetar o resumir la sensación que este año nos deja socialmente. Fui a tirar la basura y al abrir la tapa del contenedor me encontré de frente con unos ojos que me miraban divertidos con la cara de sorpresa que debí poner. Me acordé de los altramuces de Don Juan Manuel y de estos versos de La vida es sueño de Calderón de la Barca:
Tal vez no pase el tiempo sino que simplemente se repite.
¡Feliz 2013!
Si observo el número de entradas por mes del 2012, son abril y agosto los más productivos: cuatro, aunque lo más normal es que cumpla con la entrada quincenal y punto. Septiembre ha sido el más pobre con una y diciembre ha estado a punto de quedarse en blanco.
Los títulos me hacen recapacitar sobre mi estado de ánimo: "Mentir", "No hay futuro", "Escepticismo", "Pesimismo", "El miedo", "Problemas", entre otros, y sobre mi materialismo creciente: "¿Dónde está mi dinero" y "Oh Fortuna".
Sin embargo, me sorprende el éxito de ciertas entradas, como la más visitada en la historia de este blog que es una de julio: "Basura" que casi duplica los resultados de la siguiente que es del año pasado. "Huelga general" y "Poner en la picota" la siguen a bastante distancia. Las miserias humanas y las dos huelgas generales del 2012 no han podido esquivar este rincón de internet.
Los temas políticos y las referencias a la crisis se han ido imponiendo a los asuntos literarios o culturales. Si acaso lo que tiene que ver con mi novela El cráneo de la Araña o mi "Visita a las cuevas" mantienen heroicamente el tipo.
Quizás sea un año para olvidar, cargado de problemas y decepciones. Pero siempre hay un hueco para ciertas personas por las que merece la pena haber vivido este año falsamente apocalíptico y tristemente patético.
Algo que me ocurrió el viernes por la noche puede etiquetar o resumir la sensación que este año nos deja socialmente. Fui a tirar la basura y al abrir la tapa del contenedor me encontré de frente con unos ojos que me miraban divertidos con la cara de sorpresa que debí poner. Me acordé de los altramuces de Don Juan Manuel y de estos versos de La vida es sueño de Calderón de la Barca:
"Cuentan de un sabio que un día tan pobre y mísero estaba, que sólo se sustentaba de unas hierbas que cogía. ¿Habrá otro, entre sí decía, más pobre y triste que yo?; y cuando el rostro volvió halló la respuesta, viendo que otro sabio iba cogiendo las hierbas que él arrojó." |
Tal vez no pase el tiempo sino que simplemente se repite.
¡Feliz 2013!
Querido amigo, lo único bueno de este año es que también pasa.
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