Luis Portillo, el protagonista de El cráneo de la Araña, cuando volvía de sus viaje "inverso" por Europa comentaba: "Cada camino confluye en otro nuevo. Si queremos regresar por cualquier vía, para empezar, iremos en sentido contrario y lo que veremos ya no es lo mismo." Estoy de acuerdo con Luis -como no puede ser de otra manera-, esta semana me siento como si volviera de un largo viaje, como si algo me hubiera cambiado y no reconozco los lugares comunes.
El viaje del que hablo no es el de Polonia, ya hace semanas que regresé, son las vacaciones y mis lecturas. Es importante desconectarse de la rutina de todo el año y una manera de evasión son los libros. Gracias a las novelas que he leído he estado en Madrid con Mendoza, en África, Perú e Irlanda con Vargas Llosa, en la Costa Brava con Bolaño y sobre todo, donde a él le ha dado la gana, con McEvan. Tras Solar, que ha sido el mejor libro sin discusión, los demás me han dejado sensaciones diversas más o menos esperadas, sin embargo, la novela que voy a relacionar más con el verano del 2011 es El cementerio de Praga de Umberto Eco. No ha sido la mejor de las vacaciones ni de sus novelas, pero al llevármela en el avión y recorrer Polonia con ella, estará siempre unida a mis lecturas preferidas. La ambientación parisina, los cambios de narrador, el protagonista, Simonini o Dalla Piccola, junto con el repaso a todos los tópicos xenófobos y vengativos de nuestra cultura europea, han marcado una huella definitiva en mis recuerdos veraniegos.
Yo siempre defiendo a Eco, aunque a veces puede ser un tostón, excesivamente documentado y forzado. Pero sin él sería difícil comprender la historia que se esconde dentro de otros libros y que no es la oficial. Recordemos que, como dice el autor en sus "Inútiles aclaraciones eruditas": "El único personaje inventado de esta historia es el protagonista [...] Al Narrador, si hemos de ser francos, a menudo le ha costado orientarse, pero considera que un lector como Dios manda podría pasar por alto estas sutilezas y disfrutar igualmente de la historia." Yo lo he hecho.
Suscribo tu opinión respecto de Solar. Ácida y oportuna, además de sugerente, como tú mismo dejaste entrever en un comentario anterior.
ResponderEliminarUn abrazo,
Pablo.