Ir al contenido principal

Viaje a Polonia (II)

En El cráneo de la Araña recreo la proclamación del Cantón de Málaga en la actual plaza de la Constitución. Pretendo plasmar la ilusión que rodea cualquier cambio político o revolución en los que los apoyan. Más tarde, en prácticamente todos los casos que conozco, el desengaño suele ser tremendo.
Vivimos una época en la que las ideologías tradicionales o revolucionarias han muerto: fracasadas o desfasadas. En Polonia he percibido más que en ningún sitio dicho desengaño. En Gdansk (Danzig) visitamos la plaza Solidaridad justo delante de los astilleros donde se fraguó el origen de la caída del comunismo. Las instalaciones están casi abandonadas, sobraban muchos trabajadores y en la nueva economía capitalista, los astilleros no eran competitivos. Menos paro frente a más libertad. Decían por allí que antes tenían dinero, pero nada que comprar y ahora tienen mucho que comprar, pero no dinero. Sin embargo, añaden que están mejor así. Recordemos no obstante que se trata de un pueblo que para progresar se refugia en el catolicismo y el nacionalismo. En realidad, es un país que refleja nuestros tiempos de globalización y economía capitalista brutal. Esta semana los misteriosos "mercados" se están cargando las bolsas internacionales, da la impresión de que no podemos hacer nada y de que alguien se está forrando con todo este embrollo económico.
Los mismos polacos hacen una crítica feroz de la época comunista sobre todo de las construcciones: los edificios son casi tan horrorosos como los que se hicieron en España durante los años sesenta. Luego, ellos mismos elogian cómo fueron capaces de reconstruir, de manera admirable, fieles a los originales y con increíble buen gusto, todas las ciudades destruidas durante la segunda guerra mundial. Misma época y tal vez mismos albañiles o aparejadores, no sé. Todo es tan ambiguo como relativo.
El Cantón malagueño cayó seguramente porque no era operativo y nadie estaba preparado para ello: ni el pueblo inculto ni siquiera los gobernantes. El comunismo quizás fracasó por no evolucionar, por la deformación del sistema y la dictadura. En Gdansk el régimen reprimió las protestas de los estudiantes y los obreros de los astilleros de forma violenta. En 1970 la policía disparó a los manifestantes provocando numerosas víctimas. Ahora vemos a la gente asaltar los comercios de los barrios londinenses pero no sabemos qué quieren: que caiga el comunismo, ser católicos o robar una tele de plasma. ¿Qué lleva al ser humano a rebelarse contra lo establecido?

Comentarios

  1. Me quedo con tu frase "las ideologías tradicionales o revolucionarias han muerto: fracasadas o desfasadas". La pena es que tengo la sensación de que Polonia se terminará sintiendo otra vez traicionada. Ade

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Opiniones

Lo mejor que tiene publicar un libro es recibir luego del lector su opinión. Mi agradecimiento en este caso está basado en que alguien se moleste en leer mi novela y le merezca la pena perder tiempo de su valiosa vi da en darme su parecer. Tras la publicación de Uvas negras y las presentaciones consiguientes, ahora es el momento de repasar las opiniones de los lectores. La gran mayoría son muy positivas, lo cual me llena de satisfacción. Con todas las valoraciones, sean cuales sean, logro siempre algún beneficio para mi labor de escritor. Muchas veces recibo interpretaciones que van más allá de lo que yo creía o pretendía conseguir y esto me hace reinterpretar mi propia obra, me enriquece por tanto. Como he dicho, modestia a parte, en general, las críticas son excelentes. Por ejemplo, en la web de Agapea me he encontrado con el comentario de dos lectoras que elogian mi novela y la han valorado con la máxima puntuación. En muchos casos he tenido la posibilidad de hablar dire

El cráneo de la Araña

Ya está a la venta mi tercera novela, El cráneo de la Araña . Esta vez la publico con la Editorial Círculo Rojo ( http://editorialcirculorojo.com/ ), que trasmite un aire de eficiencia y juventud esperanzadores. Se trata de una narración que mezcla la historia con la ficción conducidas ambas por un joven periodista malagueño, Luis Portillo, que se muestra como un testigo de su época.  El motivo de escribir esta novela es múltiple. Todo empezó cuando comencé a leer ciertos libros relacionados con una época concreta que me llamaba la atención, la segunda mitad del siglo XIX. Galdós y sus Episodios Nacionales me dieron la clave. El escritor canario nos trasmite los hechos históricos a través de los que viven a pie de calle, no como lo haría un estudio docto y frío de un manual especializado. Luis Portillo me sirvió, por tanto, para recorrer la Málaga de aquellos años como un ciudadano que se implica en lo que ocurre a su alrededor: los movimientos cantonalistas, los avances científic

Uvas negras (I)

Con la edición de mi cuarta novela, Uvas negras , quiero empezar con una serie de entradas basadas en los títulos de mis narraciones. Esta novela, en concreto, ha sido publicada por  Plumágica Editoria l (#soyplumagica), a la que agradezco con sinceridad su dedicación y confianza. Pocas veces he visto tanta profesionalidad y buen hacer en una empresa de este sector. Explicar los títulos de mis novelas siempre me provoca dudas y miedo. Dudas porque no es el título lo más importante de la novela, aunque es cierto que es una parte clave de la edición de cualquier obra, y miedo a revelar demasiado de su contenido. Yo soy de los que leo los prólogos o preámbulos después de terminar el libro. No me gusta que otras interpretaciones condicionen las mías. Uvas negras es la novela que más tiempo he tardado en dar por terminada de todas las escritas. Ha sufrido muchos avatares personales, familiares y creativos. Desde mi última publicación, El cráneo de la Araña , han pasado siete años carga